Por cierto, se me ocurre que podríamos ponerle un nombre terrorífico. Así que a pensar. Si se os ocurre un nombre para este gran ejemplar de calabaza, escribidlo con vuestro nombre y curso en un trozo de papel y se lo entregáis a la Srta. Rosa, al profe D. Salvador o a mí.
El nombre más chuli será el que lleve nuestra nueva amiga. ¡Animaos!
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